jueves, 8 de julio de 2010

No te salves


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No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca. . No te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer lo párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo. . Pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el jubilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo


Mario Benedetti

miércoles, 7 de julio de 2010

No lo sé... lo siento.



El post de Creyéndome Poeta, no salió de la nada. Antes, esto fue lo que escribí en ese cuaderno que todavía guarda la mayoría de mis secretos…
Me pregunto hacía dónde voy, me pregunto que quiero.  
A veces quisiera llorar mucho y quedarme estancada; no salir, no actuar, no hacer. Al final sé que no debería. ¿ De dónde se que no debería? ¿En dónde aprendí que metoca actuar? ¿Pero igual por qué a veces lo dejo pasar e igual no hago nada?
En ocasiones, las cosas que necesitamos van llegando solas. No se por qué no tuve miedo de olvidarlo. Aunque estaba asustada y quería sentir dolor, no lo sentí. ¿Qué pasó? Hoy vuelvo a sentir miedo, pero es un miedo diferente.
No sé de que color es, no sé si pueda imaginarme una figura. Dicen por ahí que son como mariposas (amarillas para mi) pero no lo sé. Es verdad que es como si revolotearan dentro de mi, pero además de eso hay millones de sensaciones que surgen…

lunes, 5 de julio de 2010

Cerrando el ciclo.




Quería llamarte, quería hablar pero me daba miedo quedarme en el intento, perdiéndome en tus palabras. No tuve una sensación muy agradable la última  semana, la trate de ignorar. Te sentí ir.
Es raro que poco a poco me dí cuenta que no estabas, y era difícil para mi pensar cómo perder a alguien que ni siquiera tenía. Pero aunque no éramos ni somos más que amigos, para mí era inevitable pensar que había mucho más.
Tú sabes el miedo que tenía de estar contigo, de dejarme llevar pero me diste la confianza para hacerlo, me tomaste de la mano y me llevaste en el descubrimiento de una parte de mi que no conocía. Me diste fortaleza de luchar en contra de mis tabúes y miedos, estaba dispuesta a seguir lento, con calma, disfrutando lo que trajera cada día, sorprendiéndome de la incertidumbre.
No se qué paso.  He tratado de pensar que hice que detuvo el caminar, pero es muy difícil encontrar qué fue lo que generó que de repente me soltaras de la mano y me dejaras en medio de la oscuridad sin saber qué camino tomar.
Todavía no se a dónde ir pero he decidido, a sí me pierda y de unas vueltas, seguir.

Escribir para salvarme a mi misma.