"Lo más práctico, en definitiva, es enamorarse desesperadamente de una persona casada, de un cura, de una estrella de cine o de un cantante de ópera. De este modo, uno viaja lleno de esperanza sin llegar nunca. Y, además se ahorra la desilusión de tener que comprobar que el otro a lo mejor está dispuesto a aceptar la relación, con lo que inmediatamente se convertiría en inatractivo."
El Arte de Amargarse la vida. Paul Watzlawock
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